» Una fiesta dedicada al mantenimiento, fomento y cuidado de las tradiciones de Cantabria «
El segundo domingo de agosto de cada año desde hace ya más de cincuenta ediciones, se celebra en Cabezón de la Sal una fiesta denominada Día de Cantabria, antes Día de la Montaña y que se ha venido promocionando a través del tiempo.
Nacida con la idea de dedicar una jornada a la exaltación del folclore, las costumbres, las tradiciones y valores etnográficos del pueblo cántabro, se ha convertido en uno de los eventos festivos más importantes de la región.
Durante toda la jornada miles de personas llenan las calles de la villa alrededor de las principales actividades, las cuales giran en torno al folclore, el deporte rural, la artesanía, el mercado de productos típicos, desfile de carrozas y carretas o La Pasá de ganado tudanco. Todo ello amenizado con música y danzas típicas de Cantabria mediante demostraciones ininterrumpidas durante todo el día, de grupos de danzantes, picayos, pandereteras, solistas, rabelistas, piteros, gaiteros, trovadores, rondas de mozos, etc, ataviados con los trajes típicos de cada valle, completando un escenario tan variopinto como incalculable en las decentas de miles de personas que le dan vida.
La fiesta despierta con las dianas protagonizadas por el toque del pito y tambor, gaitas, bandas y charangas que recorren las distintas calles y plazas de la villa, dando la primera nota de colorido desde primeras horas de la mañana.
Las demostraciones folclóricas se suceden a lo largo de todo el día. Más de quinientos participantes entre grupos de danzas, trovadores, rabelistas, pandereteras, piteros, solistas, gaiteros, rondas de mozos, parejas, peñas y charangas actúan ataviados con los trajes típicos, a lo largo de la mañana y tarde sobre los escenarios instalados en las plazas más céntricas de la villa.
Uno de los momentos más destacados de la fiesta lo constituye el acto oficial en el que el presidente de la Comunidad Autónoma de Cantabria, acompañado de las autoridades, pronuncia el discurso de afirmación de la identidad cántabra.
El homenaje a las banderas española y autonómica que tiene lugar a continuación es un acto lleno de solemnidad y color, en el que hombres y mujeres ataviados con los trajes típicos de la región izan las banderas de todas las comunidades autónomas de España, junto con la bandera española, izada por el Delegado de Gobierno, y la bandera de Cantabria, por el Presidente Autonómico.
No pueden faltar en esta fiesta de exaltación del folclore y de las tradiciones de Cantabria la presencia de los deportes rurales que desde tiempo inmemorial ocupaban el tiempo de ocio de los habitantes de pueblos y valles de Cantabria, y en los que se muestra la destreza, fuerza y habilidad de los cántabros y de sus animales.
Quizá el juego de los bolos sea uno de los deportes más arraigados, es por ello que el Día de Cantabria lo homenajea a través de un importante concurso en el que participan jugadores de Primera y Segunda categoría que a lo largo de su vida deportiva tengan el título de Campeón de España, con lo que la competición tiene máximo interés, al participar en la misma los mejores jugadores de la especialidad de bolo palma.
Esta exhibición de pareja de bueyes despierta gran expectación y es presenciado por el multitudinario público que llena las gradas a rebosar del Centro Social Santiago Galas Arce. Miles de espectadores acuden interesados en la oportunidad que ofrece este día de contemplar estos extraordinarios ejemplares.
Las parejas de bueyes eran utilizados tradicionalmente para los trabajos pesados del campo, por su fuerza espectacular eran muy valorados por sus dueños, orgullosos de demostrar la valía de sus animales se convirtió en un deporte cuyo trofeo en juego era muy disputado.
En la actualidad el concurso se ha transformado en una exhibición que sigue siendo un enorme atractivo para los asistentes al Día de Cantabria.
La exhibición de deportes rurales sirven para mantener en la memoria la tradición y un patrimonio de todos, que con la introducción de la maquinaria para los trabajos pesados, van cayendo en el olvido. Así, carreras de ollas, salto pasiego, andar con palo, corte de hacha, tiro al garrote, corte con tronzador, rallar con palo o siega con dalle son algunos de los deportes rurales que gracias a esta jornada del Día de Cantabria, puede disfrutar el público asistente.
Otro de los aspectos de interés dentro de la fiesta que acaparan la atención del público visitante, es la espectacular feria de artesanía y cerámica de Cantabria y el mercado de productos típicos de la región. Son muchas las personas que acuden atraídas por la exposición, elaboración, degustación y venta de productos típicos como sobaos, quesadas, orujos, quesos, anchoas… puestos a disposición de los miles de turistas que nos visitan, mientras contemplan la exhibición de artesanía cántabra elaborada por ceramistas, albarqueros, hiladoras y ebanistas que año tras año se despliegan por el centro de la villa durante todo el día.
Cierra la fiesta el espectacular desfile nocturno del concurso de carrozas y carretas típicas, elaboradas por los vecinos y participantes, cuya temática recoge estampas de antaño.
Las acompañan los grupos de danzas, picayos, rondas de mozos, piteros, gaiteros, rabelistas, charangas y las bandas, todos ellos engalanados con los trajes típicos de Cantabria. Cierra el desfile «La Pasá» de cabañas de vacas tudancas (raza bovina autóctona) de monte, cabras, ovejas, perros pastores con campanos y la batalla de la hierba.